Contexto social en el que se da


El contexto que se da es muy amplio y depende mucho de la situación ya que la poesía épica se origina en el siglo VIII y perdura hasta el XV.

En sus orígenes, la épica empezó relacionándose con mitos o relatos cosmológicos, por lo que la sociedad tenía una creencia religiosa muy fuerte y hacía historias para demostrar y aclarar dudas y pensamientos. Por ejemplo la epopeya es un subgénero de la épica y, justamente, los dioses adquieren un gran protagonismo.

Más adelante a mediados de la Edad Media la épica alcanzó un gran desarrollo con los Cantares de Gesta y narraciones caballerescas sobre el rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda. Esta vez, los protagonistas son seres humanos, materiales y palpables. Aún así, no se consideran dioses pero sí héroes por sus aventuras y logros. Además sus aventuras son importantes para el pueblo y la sociedad ya que el pueblo muchas veces quería sentirse protegido por su héroe.

Después de esta introducción podemos considerar que el contexto social varía mucho según el año, década e incluso siglo. Muchas veces el contexto se basaba en guerras con hazañas de seres perfectos que todo el mundo quería imitar o con dioses poderosos.

Cómo en esa época la gente era muy pobre, humilde y trabajadora, los caballeros nobles, luchadores y valientes eran los personajes que más atraían a esa sociedad.

Por último, la parte política es representada también con los reyes y nobles, pero se da más importancia al protagonista humilde, valiente, amable con la gente y luchador hasta morir por defender al pueblo.

(Contexto social: religioso, económico y político)


El Cid sale de Vivar


Mío Cid Salió de Vivar a Burgos se ha encaminado,
allí deja sus palacios yermos y desheredados.
Con lágrimas en los ojos muy fuertemente llorando,
la cabeza atrás volvía y quedábase mirándolos.
Y vio las puertas abiertas los cerrojos quebrantados,
y vacías las alcándaras sin las pieles, sin los mantos,
sin sus pájaros halcones sin los azores mudados.
Suspiró entonces el Cid que eran grandes sus cuidados.
Habló allí como solía tan bien y tan mesurado:
"Gracias a ti, señor Padre Tú que estás en lo más alto.
Todo esto me han urdido esos enemigos malos".


Cantar del Destierro (Fragmento)